
La senadora y presidenta de Demócratas, Ximena Rincón, lanzó duras críticas contra la reforma previsional impulsada por el Gobierno y negociada con Chile Vamos, calificándola como un proyecto «lleno de trampas». Según la parlamentaria, el Ejecutivo busca apresurar su aprobación para evitar un análisis detallado de sus implicancias.
En declaraciones al medio, radio Cooperativa, Rincón señaló que la reforma podría contar con los votos necesarios para ser aprobada en el Senado, aunque el panorama en la Cámara de Diputados es menos claro. Sin embargo, enfatizó la importancia de abordar esta discusión con calma y rigurosidad, dada su trascendencia en el futuro de las pensiones. «Cualquier error en la redacción puede tener consecuencias graves», advirtió.
Preocupaciones sobre las AFP y el IPS
Entre los puntos más cuestionados por la senadora destaca la devolución de más de 1.200 millones de dólares a las AFP por el concepto de encaje, lo que calificó como «gravísimo». En su opinión, este modelo de compensación no tiene precedentes en otros países y podría terminar perjudicando a los sectores más vulnerables, comparándolo con los errores del Transantiago.
Otro aspecto que genera preocupación es un artículo que permite al Instituto de Previsión Social (IPS) fijar los precios de sus servicios bajo la dirección de los ministerios de Hacienda y Trabajo, así como la posibilidad de subcontratar funciones. Para Rincón, esto podría derivar en el mal uso de recursos públicos y en la proliferación de malas prácticas.
Acusaciones sobre apresuramiento
La senadora acusó al Gobierno de forzar el avance de la reforma previsional sin permitir un análisis exhaustivo. Según explicó, muchos parlamentarios llegarán a votar sin haber revisado por completo los informes de las comisiones de Trabajo y Hacienda. Además, afirmó que la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, mostró nerviosismo durante las discusiones, lo que a su juicio refleja la prisa por aprobar el proyecto.
Rincón concluyó que, aunque la reforma cuenta con los votos necesarios para avanzar, su aprobación en las condiciones actuales no garantizará una solución adecuada. «El Gobierno no quiere que miremos bien la reforma porque está llena de trampas. Mi temor no es que no salga, sino que salga mal. Si sigue avanzando así, no le daré mi voto», sentenció.